buenos aires
2022. A. lectura en Rosas, junto a Pola Gómez Codina y Marcos Herrera. Rosas: galería híbrida gestionada por Galel Maidana, cineasta y poeta. Bruno Grupalli direccionó un performance en el que participaron Estanislao Edén y Mateo Rey. B. lectura en San Telmo con Pola y mis compañeras del taller “atrapa al pez dorado”. noviembre: primavera porteña.
Talismanes (Pola Gómez Codina)
Viste los hipocampos
que vendían en la costa
los que estaban al lado de las vírgenes
y cambiaban de color
según el clima
o esas muñecas
que perdían rubores
si se mojaban con una esponjita
viste los caracoles
que traían grabado Mar del Plata
con cursiva
en fibrón
ese tipo de magia por dos pesos
en los escaparates
llenos de plástico
made in china
esas jugueterías para desconsolados
ojos turcos
mamushkas
tacitas
con slogans de superación
para los hijos del capitalismo
tardío
talismanes
para empezar de cero
bueno
quiero que me traigas alguno
por favor
La Internacional Argentina. Base de operaciones de editorial Mansalva.
Guarania (Pola Gómez Codina)
Mi padre guaraní tocaba el arpa
y cantaba como un canario blanco
venía de la selva, ese lugar
donde viven los cantos
era el hombre pequeño que podía
convertirse en un ave, mi madre
hija de un cocinero de barco, mascador de tabaco
que se mecía para arrojar especias
en las ollas
vino de Paraguay soltando carambolas
rambutanes
papayas
esas frutas extrañas
que no crecen en árboles
de Merlo Gómez
Los dos tenían frío, siempre
frío: _ro´y, ro´ yitepá, ro´yeteikó
rezaban
un idioma secreto que no me compartían
el sonido dulzón como sopa
eterei, purahéi, cuñataí
les dije un día para sorprenderlos.
Me miraron con miedo, pellizcaron
mis brazos de choguí, me dijeron
No hables nunca más
en guaraní
Pola Gómez Codina nació en 1982 y se crió en Ramos Mejía (Provincia de Buenos Aires, Argentina). Es profesora en Castellano, Literatura y Latín por el ISP “Dr. Joaquín V. González” y especialista en Literatura y Lenguajes Audiovisuales por el IES “Mariano Acosta”. Cursa una Maestría en Escritura Creativa en la UNTREF. Coordina espacios de lectura y escritura en cárceles de menores y dicta clases de literatura en secundarias para adultos. Integra el colectivo de poetas máspoesía cuyo objetivo es difundir poesía contemporánea argentina.
Madrigal nº 11 (Marcos Herrera)
Mi cuerpo no sirve
a pesar de los zumbidos
de esta resurrección eléctrica.
Mi boca no puede decir
mi bebé, mi nenita, mi sol.
Sueño todas las noches
que hago un nudo con una soga verde
y que tengo una cuchara con los
dientes del diablo y
que mis nervios vuelven a ser
instrumentos musicales
para tocar una canción que
se llama Desgracia.
A pesar del título,
es una canción alegre.
La letra habla de un auto
que va a más de ciento cuarenta
por una autopista vacía y que
el sol brilla y que
a todos en la vida nos toca
sonreír unas cuantas veces
y que en nuestra sangre hay
posibilidades de que encontremos
un alto porcentaje de predisposición
a la felicidad
pero…
No me acuerdo cómo sigue la letra.
En realidad sí me acuerdo
pero a nadie le interesa la otra parte.
Las piedras
absorben los ojos de los perros
si se quedan mirándolas más de tres segundos
y los tímpanos del aire
no escuchan las plegarias
ni las fuentes hacen que los deseos
que viajan en las monedas que caen en sus lechos
se cumplan
jamás.
Marcos Herrera (Buenos Aires, 1966)
Narrador y poeta. Su libro Músicos de frontera (1992) ganó el primer premio del Concurso de Poesía organizado por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires (su jurado estaba compuesto por Joaquín Giannuzzi y Mónica Sifrim, entre otros). En 1999, Ricardo Piglia incluye su relato «Cacerías» en la antología Las fieras, antología del género policial en la Argentina. En el año 2000, su novela Ropa de fuego obtiene el premio del Fondo Nacional de las Artes.